
Vestido de traje azul y camisa blanca, Lula y la primera dama Marisa Leticia (que lucía una camiseta de la selección con el número 2) fueron recibiendo uno a uno, en el jardin del Palacio da Alvorada (su residencia oficial), a los jugadores y miembros del cuerpo técnico antes de hacerse una rápida foto de familia y pasar al interior, donde el presidente les deseó buena suerte.
Atrás ya quedaron las críticas por una lista de 23 con demasiados defensores y volantes y de la que quedaron afuera estrellas como Ronaldinho o Adriano.
Olé
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